Teletrabajo: ¿qué riesgos laborales existen cuando trabajamos desde casa y cómo podemos prevenirlos?

La Fundación Laboral de la Construcción ha dado algunas pautas para mantener el estado de Seguridad y Salud en el trabajo en casa durante la crisis del coronavirus.

Con motivo de la crisis derivada del virus Covid-19, son muchos los trabajadores que tienen que realizar su actividad laboral en modalidad de teletrabajo. Para prevenir los posibles riesgos que podemos encontrar a la hora de trabajar desde nuestras viviendas, la Fundación Laboral de la Construcción ofrece una serie de consejos y recomendaciones a tener en cuenta a la hora de desarrollar la actividad laboral conforme a la modalidad de teletrabajo. Dentro de esta modalidad lo más importante es saber cuáles son los principales riesgos ergonómicos, psicosociales y de seguridad que existen cuando trabajamos desde casa y cómo los podemos prevenir.

Riesgos ergonómicos:

Los principales riesgos ergonómicos que pueden afectar al trabajador derivan del propio ambiente de trabajo, como puede ser el no disponer de buenas condiciones de iluminación, así como de los problemas en la postura. En este sentido, los principales riesgos residen en mantener posturas estáticas, así como en el diseño del puesto de trabajo que, en este caso, se tiene que adaptar al espacio disponible y mobiliario de la vivienda. También se deben tener en cuenta los propios hábitos posturales del trabajador, que pueden dar lugar a posturas inadecuadas de cuello, espalda, mano y/o muñeca.

Ante estos factores de riesgo, los técnicos de prevención recomiendan tener en cuenta diferentes aspectos y elementos en el diseño ergonómico del puesto, como es hacer un correcto uso de la pantalla, la mesa de trabajo, la silla y el teclado. A la hora de trabajar con estos elementos, se recomienda buscar mantener una postura correcta y evitar, no solo los esfuerzos corporales y mantener posturas inadecuadas, sino también posibles problemas de reflejos y visión. Algunos de estos consejos pasan por ajustar la luminosidad y contraste del monitor, contar con espacio suficiente en la mesa de trabajo para colocar todos los elementos, contar con una silla estable, con apoyo en la zona lumbar y apoyabrazos, así como dejar un espacio suficiente con el teclado para apoyar los brazos y las manos.

Asimismo, se aconseja mantener unas óptimas condiciones de iluminación para evitar la fatiga visual: contar, siempre que sea posible, con iluminación natural, complementándola con iluminación artificial cuando no garantice las condiciones de visibilidad adecuadas; realizar pausas para descansar la vista; o colocar la pantalla de forma perpendicular a las ventanas, para evitar deslumbramientos o reflejos.

Además, para evitar el cansancio postural, se recomienda distribuir y regular los elementos del puesto de forma que permitan adoptar una posición adecuada, así como realizar pausas que permitan un cambio de postura y realizar, periódicamente, ejercicios de estiramiento.

Riesgos psicosociales:

Los riesgos que puede sufrir el trabajador por causa de factores de riesgo psicosocial derivan, principalmente, de las características de las tareas y/o funciones del empleado, y de la estructura y organización del trabajo. En este caso excepcional, también hay que tener en cuenta la influencia de compaginar la actividad laboral con el cuidado de hijos menores en un mismo entorno físico. ¿Qué riesgos existen? En estos casos se habla de que existan funciones mal definidasfalta de claridad a la hora de conseguir objetivosriesgo de aislamiento físico y social por parte del trabajador e, incluso, sensación de ansiedad ante el uso de las TIC.

Para evitar estos riesgos se aconseja establecer formalmente procedimientos de contacto entre los trabajadores (por correo electrónico o reuniones por videoconferencia), con el objetivo de prevenir el aislamiento del teletrabajador y fomentar el sentimiento de pertenencia a la empresa; delimitar las horas de trabajo y disponibilidad del empleado para evitar una sobrecarga de trabajo (especialmente cuando se compagine éste con el cuidado de los hijos), así como establecer métodos formalizados de trabajo: a quién reportar, de qué forma, cuándo, etc., de forma que el trabajador tenga una red de apoyo por parte de la empresa. También sería conveniente que, desde la empresa, se facilitase apoyo técnico al teletrabajador para resolver cualquier error informático.

Riesgos de seguridad:

Respecto al lugar físico destinado para desarrollar la actividad laboral dentro del domicilio del trabajador es recomendable que cumpla con una serie de aspectos relacionados con la seguridad para prevenir riesgos como caídas y golpes contra objetos, contactos eléctricos, cortes con objetos, etc.

Ante estos peligros, se recomienda, entre otras medidas, que el trabajador mantenga las zonas de paso despejadas de objetos o cables; no dejar abiertos cajones, armarios o muebles con los que se pueda golpear; prestar atención cuando se utilicen elementos cortantes, como cúter o tijeras; o no sobrecargar la toma de corriente con múltiples conexiones y ladrones.

¿Cómo podemos gestionar psicológicamente la cuarentena?

Esta situación de necesidad de aislamiento hace que surjan emociones al enfrentarnos a algo nuevo e incierto, y para lo que no estábamos preparados. De cara a ayudar a gestionar estas emociones, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COPM) ha elaborado un decálogo para la gestión psicológica de la cuarentena. Las acciones recogidas por el órgano colegial incluyen: comprender la realidad; entender que permanecer en casa es lo correcto; planificar la nueva situación; informarse adecuadamente; mantener los contactos; aprovechar el momento; sacar tiempo para la creatividad y para hacer deporte en casa; observar el estado de salud de los demás y cuidar nuestro estado de ánimo.

En este sentido, el psicólogo y colaborador del COPM, Ovidio Peñalver, ha elaborado este vídeo donde, de forma cercana y empática, proporciona una serie de guías sobre cómo actuar en estos momentos.

Por otro lado, el COPM también ha publicado unas recomendaciones psicológicas para que los niños y niñas, de entre 4 y 10 años, puedan afrontar de manera adecuada este brote, así como unas recomendaciones para que los propios padres sepan cómo hacerles llegar la información. De esta manera, el organismo recomienda aclararles todas las dudas que tengan, pero al mismo tiempo darles seguridad y confianza y utilizar un lenguaje adaptado a su edad y a sus conocimientos.